miércoles, 26 de febrero de 2014

CAPITULO 61



Chasqueé mi lengua sobre su clítoris e incluso puse mis dientes en
él, mordiendo su carne hasta que oí su grito y cambié a tranquilizador, tan
gentil con un toque suave, presionándola más y más.
—¡Necesito más! ¡Fóllame, Pedro!
Oh, sí, ella estaba más caliente.
Santo infierno, finalmente tenía a mi chica justo donde la quería. Me
volvía loco con su sabor por toda mi lengua, mi sabor, su olor, su calor, su
coño empapado, es la droga del sexo.
—Puedo darte más, nena. Quiero darte más —Saqué mis dedos de
su coño, deslizándolos de regreso en su otro agujero, y bordee la apertura
con mi dedo índice empapado. Se quedó sin aliento en una respiración e
inmóvil. Levanté la cabeza y me moví por su cuerpo, sosteniéndome en un
brazo, la otra mano libre para explorar. Deslicé solo la punta de mi dedo
dentro y me encontré con su mirada. Ella lucía salvaje, sus ojos
quemaban—. Quiero estar aquí, Paula, ¿me dejas follar tu hermoso culo?
—Hable contra sus labios temblorosos y un poco en el fondo, la punta de
mi dedo todavía frotándose en su entrada, esperando por su respuesta.
—¡Sí! —Fue un susurro áspero, pero definitivamente ella estaba de
acuerdo.
Me aparté y la volteé sobre su estómago. Agarré sus caderas en el
aire y abrí bien sus piernas, así yo podría posicionarme en mis rodillas.
Era impresionante. Totalmente extendida para mí, entusiasmada y
aceptándome, y perfecta fuera de las nubes.
Con la mano en mi eje, deslicé la cabeza alrededor de su mojado
sexo, trabajando sobre su clítoris una y otra vez, acercándola más a su
orgasmo y mi polla lubricándose bien.
—Umm —gemí, centrando el extremo de la cabeza contra su
estrecho agujero—. Eres tan jodidamente perfecta… —Me empujé y
penetré solo la punta de mi polla, tratando de abrirla un poco y pensé que
podría fácilmente perderla. Al igual que eyacular antes de estar en su
interior.
Se tensó y arqueo ante mi invasión, así que la relajé de inmediato,
poniendo mi palma en su espalda para sostenerla. —Tranquila… relájate
para mí, cariño. —Se calmó y respiró fuerte, esperándome, sometiéndose a
mis deseos, lista para que la haga mía, y gloriosamente aferrado con sus
músculos mi polla, lista para estallar. No quería lastimarla, pero Dios mío,
pero que espectacular encendido para estar listo como lo estaba, apunto
de reclamar ese lugar definitivo en el que podía fundirme en ella.
Ella se estremeció debajo de mí. —Vas a hacer correr, nena. Te deseo
tanto, pero tú primero. ¡Voy a hacer que te sientas tan bien!
—¡Pedro, por favor, haz que me corra! —Se removió contra la punta
de mi polla, lista para tomarme de todas las maneras posibles. Comprendí
que ella me lo permitía, incluso si era doloroso, porque era una amante
generosa.
¡Señor, ayúdame!
Tomó todo mi control no hundirme en la estirada y misteriosa parte
de ella que todavía yo tenía que reclamar. Lo quería. Lo necesitaba. Pero
quería y necesitaba apreciarla más. Sabía que iba a lastimarla y ella
estaba lejos de estar lista. Teníamos que trabajar en ello—algo que
esperaría con interés. Como cualquier cosa nueva que hiciéramos juntos.
Me encontraba fuera de mi jodida mente justo ahora, y este no era el
momento para adentrarme en su interior anal por primera vez.
Paula… Te amo tanto —susurré contra su espalda, guiando mi
polla para encontrar su vagina. La carne estaba tan caliente que quemaba
cuando nos tocábamos.Escuché mi propio grito cuando golpeé
profundamente dentro de ella y comencé a follarla. Mis manos se
apoderaron de sus caderas, apretándola, tirando de ella con fuerza hacia
mi eje, una y otra y otra vez. El sonido de nuestros cuerpos golpeando en
medio de gruñidos de placer fue lo único que se escuchó después.
Estuvimos haciéndolo mucho tiempo. Necesitaba sacar esa pesadilla
de mi sistema y follarla era para mí una forma de hacer que eso sucediera.
Si puedes follar, entonces estás vivo, la lógica brutal era difícil de diferir en
ese asunto.
Fue sexo duro, incluso para nosotros. Y Paula podía aceptar lo
duro de mí. Lo había hecho antes y lo haría de nuevo, porque yo nunca la
dejaría marcharse. Nunca. No podía hacer las cosas que hacía con ella con
nadie más. Sabía que no sería capaz de hacerlo.
Lo comprendí más tarde, en la oscuridad, después del viaje de sexo
loco al que la había arrastrado, y después de que ella cayó en un profundo
sueño a mi lado. Se corrió tantas veces que terminó desmayándose de
cansancio cuando finalmente me logré detener. Nunca me pidió que me
detuviera, sin embargo. Mi chica se entregó a mí y no presionó por
respuestas. Mis entrañas seguían revueltas después de mis pesadillas.
Quería encender un cigarrillo, pero me controlé. Se sentía mal en
consideración a ella. Estaba mal someterla a mi insalubre tabaco y no
pensaba hacerlo cerca de ella, nunca más.
Mirándola dormir luego de la sesión, su respiración metódica, sus
largas pestañas descansando encima de los pómulos,su cabello
arremolinándose violentamente sobre la almohada, me dejo totalmente sin
aliento. Supe que había encontrado mi ángel por fin y me aferraría a ella
con todo lo que tenía.

Fue sólo una pesadilla…

Ella me salvo de la locura absoluta de mi tormento. Me hizo querer
cosas que nunca había querido antes. Mataría si tenía que hacerlo para
mantenerla a salvo. Me mataría a mi mismo si algo le sucediera.
Eventualmente, fui capaz de dormirme otra vez y era solo porque ella
se encontraba allí conmigo.

4 comentarios:

  1. Wow que intensos los capitulos pero buenisimos,me encantaron!!!

    ResponderEliminar
  2. Wowwwwwww, espectaculares los 5 caps!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Mamasita ¡¡ que capitulos por dios¡¡ geniales..

    ResponderEliminar
  4. Por favor!!! qué 5 capítulos!!! tan intensa la pesadilla de Pedro, y tan intensos ellos después! ;)

    ResponderEliminar